martes, abril 11, 2006

La muerte de Jesús


Diálogo

La muerte de Jesús.

"El mayor acto de fe es cuando un hombre decide que él no es Dios." Oliver W. Holmes

Siendo el cristianismo una de las creencias religiosas con mayor número de seguidores del planeta (tanto como los musulmanes) y por tener una influencia indiscutible en la vida de la población venezolana; es oportuna la ocasión para realizar algunas reflexiones sobre la mejor y correcta aplicación de dichas creencias; puesto que la crisis que vive el país puede ser una de las razones por la que los templos se abarrotan de fieles, como ha sucedido en los últimos meses; sin embargo, hay que alertar que la lectura de la Biblia desde un punto de vista dogmática puede llevarnos a profesar unas creencias desligadas de su propia esencia, terminando por convertirse en una vía inconsciente de resguardo espiritual y no en una razón de vida y acción.

Jesús era muy diferente a lo que sus contemporáneos esperaban de un salvador y mucho menos de un rey. Ir de pueblo en pueblo, servir, condolerse del dolor de otros, perdonar o comer con pecadores; era visto como actitudes no propias de un rey, de un salvador, del Mesías esperado. Ciertamente que sus actos (entre ellos la llegada a Jerusalén montado en un burro) y sus palabras inquietaban, incluso a veces, escandalizaban; al punto que le impusieron la muerte más vergonzosa de la época (en una cruz). Pero su mejor legado, fue el de demostrar que el amor a Dios es el amor que debemos practicar con nuestros semejantes, ya que Jesús de Nazaret es Dios, pero también es hombre, "vivió como hombre semejante en todo a nosotros, menos en el pecado" y como hombre estuvo inmerso en una sociedad con costumbres, tradiciones y leyes; de allí que la creencia religiosa debe unirnos y no desligarnos de la realidad de nuestra sociedad.

Ir a misa para los católicos o a los templos para los evangélicos, testigos de Jehová y todas aquellas creencias ubicadas en el cristianismo; para simplemente orar sin que exista la intención de contribuir a la pacificación del país, es ser hipócrita consigo mismo, puesto que Jesús vivió su muerte en una actitud de fiel y total obediencia al Padre y de amor y perdón a los hombres. La muerte que era la manifestación suprema del castigo al pecado, se ha convertido en la manifestación suprema de amor y reconciliación entre Dios y el hombre, por lo tanto la muerte de Jesús no fue fruto del azar.

Indudablemente que la práctica, representa la verdad de las creencias de los hombres, por lo tanto, los venezolanos debemos seguir explorando soluciones políticas que mantengan la integración del país. Cuestión que implica, el tener la valentía para reconocer las razones de la otra parte de la nación, la cual tiene necesidades que la polarización y conflictividad política, no permite valorar en su justa dimensión.

No basta con poner la otra mejilla, hay que demostrar con acciones nobles la fe en Dios.

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