Diálogo 15-12-2006
Aprovechando la tregua electoral y en vísperas navideñas, acordé buscar a un familiar en el aeropuerto de Barcelona, quien tenia varios años sin visitar el estado Anzoátegui. En aras de brindarle una agradable atención, lo invite a comer en la ciudad de Puerto La Cruz, pero bastó que saliéramos del aeropuerto para que dicho visitante comenzará a saltar dentro del carro ya que los parches de asfalto colocados en la vía, no siempre tenían el mismo nivel con relación a la carretera; en varias ocasiones mi acompañante tenía que agarrarse duro, puesto que también debía esquivar los huecos presentes durante todo el camino.
Como dicen popularmente, trate de hacer una gracia y me salio una morisqueta, puesto que llevé a mi acompañante por algunas de las calles de Barcelona; y además de encontrarnos con basura por todos lados, el tiempo que utilizamos esquivando grandes colas para salir de la ciudad, terminó siendo mayor al utilizado para llegar a Puerto La Cruz; sencillamente porque no se han construido los puentes requeridos sobre el río Neverí, los semáforos “nuevos” no funcionan y los malos conductores hacen lo que les da la gana.
Desde los bomberos hasta el elevado la grama se desapareció hace ya tiempo, quedando parte de la avenida Municipal de Puerto La Cruz como un peladero de chivo. Al igual que en la ciudad capital, la basura campeaba en el casco central y la poca celeridad de la obra de reducción de la isla central de la avenida 5 de julio, presentan en pleno mes de diciembre una imagen nada agradable que solo compite con el espectáculo de los buhoneros sobre las aceras. Al llegar al Paseo Colon y sentarnos en uno de los tantos negocios ubicados al frente de esa hermosa visual natural que brinda la Bahía de Pozuelos, conté 11 personas que se acercaron para solicitar alguna ayuda económica (algunos para comer y otros para comprar alguna medicina), reflejando un claro crecimiento del desempleo y la mendicidad en nuestro estado.
Mientras almorzábamos, vimos correr a unos muchachos con una multitud detrás de ellos gritándoles todo tipo de groserías, de pronto alguien exclamó ¡le robaron el celular a alguien! Durante la comida también escuchamos que se estaba escenificando una protesta por los cupos de empleos ofrecidos en el hallacazo de PDVSA. Ante todos estos inconvenientes vividos junto a mi familiar en pocas horas, él exclamó ¡Caramba aquí no se puede decir Rojo Rojito, sino Roto, Rotico! Porque hace varios años venir a este estado y principalmente a Barcelona o Puerto La Cruz resultaba más agradable y seguro.
Con vergüenza debo reconocer que lo expresado por él, es igual a lo que escucho de muchas personas que pasan por la zona norte de Anzoátegui. Lo curioso es que se dice que cada uno de los cuatro alcaldes de esta zona metropolitana, aspiran ser el próximo gobernador de la entidad, ante la posible salida del actual mandatario por un referéndum como castigo a su pésima gestión.
Lic. Gilberto Román
Economista
Web: www.dialogo.ya.st
Aprovechando la tregua electoral y en vísperas navideñas, acordé buscar a un familiar en el aeropuerto de Barcelona, quien tenia varios años sin visitar el estado Anzoátegui. En aras de brindarle una agradable atención, lo invite a comer en la ciudad de Puerto La Cruz, pero bastó que saliéramos del aeropuerto para que dicho visitante comenzará a saltar dentro del carro ya que los parches de asfalto colocados en la vía, no siempre tenían el mismo nivel con relación a la carretera; en varias ocasiones mi acompañante tenía que agarrarse duro, puesto que también debía esquivar los huecos presentes durante todo el camino.
Como dicen popularmente, trate de hacer una gracia y me salio una morisqueta, puesto que llevé a mi acompañante por algunas de las calles de Barcelona; y además de encontrarnos con basura por todos lados, el tiempo que utilizamos esquivando grandes colas para salir de la ciudad, terminó siendo mayor al utilizado para llegar a Puerto La Cruz; sencillamente porque no se han construido los puentes requeridos sobre el río Neverí, los semáforos “nuevos” no funcionan y los malos conductores hacen lo que les da la gana.
Desde los bomberos hasta el elevado la grama se desapareció hace ya tiempo, quedando parte de la avenida Municipal de Puerto La Cruz como un peladero de chivo. Al igual que en la ciudad capital, la basura campeaba en el casco central y la poca celeridad de la obra de reducción de la isla central de la avenida 5 de julio, presentan en pleno mes de diciembre una imagen nada agradable que solo compite con el espectáculo de los buhoneros sobre las aceras. Al llegar al Paseo Colon y sentarnos en uno de los tantos negocios ubicados al frente de esa hermosa visual natural que brinda la Bahía de Pozuelos, conté 11 personas que se acercaron para solicitar alguna ayuda económica (algunos para comer y otros para comprar alguna medicina), reflejando un claro crecimiento del desempleo y la mendicidad en nuestro estado.
Mientras almorzábamos, vimos correr a unos muchachos con una multitud detrás de ellos gritándoles todo tipo de groserías, de pronto alguien exclamó ¡le robaron el celular a alguien! Durante la comida también escuchamos que se estaba escenificando una protesta por los cupos de empleos ofrecidos en el hallacazo de PDVSA. Ante todos estos inconvenientes vividos junto a mi familiar en pocas horas, él exclamó ¡Caramba aquí no se puede decir Rojo Rojito, sino Roto, Rotico! Porque hace varios años venir a este estado y principalmente a Barcelona o Puerto La Cruz resultaba más agradable y seguro.
Con vergüenza debo reconocer que lo expresado por él, es igual a lo que escucho de muchas personas que pasan por la zona norte de Anzoátegui. Lo curioso es que se dice que cada uno de los cuatro alcaldes de esta zona metropolitana, aspiran ser el próximo gobernador de la entidad, ante la posible salida del actual mandatario por un referéndum como castigo a su pésima gestión.
Lic. Gilberto Román
Economista
Web: www.dialogo.ya.st
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