Diálogo 20-10-2006
El amor se considera, en su ámbito más tradicional, como un conjunto de sentimientos que intensifican las relaciones interpersonales del ser humano, que partiendo de su propia insuficiencia, desea el encuentro y unión con otro ser que le haga sentirse completo. Otros dicen que el amor es aquello que nace de la responsabilidad y la dignidad de la propia persona, en busca de sentirse protector y bueno para fomentar su sensación de plenitud al compartir. Independientemente del valor o concepto que cada quien pueda darle al amor; es propicio el debate político generado a raíz de la cuña presidencial “Por amor”, para que cada ciudadano reflexione sobre el tipo de amor que desea dar y recibir.
En cuanto a la campaña desplegada por el actual presidente en torno a su amor y las cosas que ha realizado; debo recordarle que cualquier eslogan o tema que escoja un candidato, debe representarlo con sus aptitudes y virtudes, tiene que representar una oferta capaz de superar a la competencia y sobre todo, debe ser percibida como cierta. Bajo este parámetro del marketing político, podemos concluir que los asesores y el presidente se han dado un pelón al asumir el amor como tema de campaña, ya que una de sus principales debilidades ha sido la alta conflictividad y división promovida durante su mandato (cuestión que es reconocida por la mayoría de sus seguidores).
El hecho que los últimos sondeos de opinión revelen que el 45% de la población se siente deprimida, representa una estadística alarmante ya que entre los síntomas de personas con este cuadro emocional, se encuentran: persistencia de tristeza, ansiedad, desesperanza, cansancio, problemas para concentrarse, para dormir, aumento o perdida de peso (baja autoestima), irritabilidad y hasta pensamientos de muerte o de suicidio. Por esta razón, le recuerdo a los ciudadanos que siempre existen dos caminos para abordar los problemas o angustias; yo prefiero el camino correcto y aconsejo que si te sientes triste, utiliza este momento para reflexionar, si sientes miedo hay que organizarse para evitar que la causa de nuestros temores tomen cuerpo y si tienes rabia, utiliza esa ira para plantearte el reto de conquistar lo que hasta ahora no has podido alcanzar.
Al sumar los altos niveles de depresión existentes entre la población, con sus insatisfacciones por el problema de la delincuencia, el desempleo, la corrupción, el costo de la vida y los malos servicios públicos; también podemos concluir que independientemente de la elección presidencial y de su resultado final, la situación política-social se torna explosiva; de allí que se necesita mas que un buen asesor de imagen del candidato para contener la demanda social que ha de venir el próximo año.
Lic. Gilberto Román
Economista
Web: dialogo.ya.st
No hay comentarios.:
Publicar un comentario